sábado, 25 de diciembre de 2010

UN NIÑO NOS FUE DADO... (Is 9,5)

Es Navidad, y el Niño nos fue dado, el Padre omnipotente tanto ama el mundo que le entrega su Hijo Amado.
Queridos, llegamos a este establo en que este Niño Dios se encuentra, en aquel tiempo envuelto en paños, hoy envuelto en velo del Santísimo Sacramento.
Es Navidad, venid adoremos el Divino Infante junto con la Virgen Madre y su castísimo esposo San José.
“Veníte Adorémus…” cantando con los Santos Ángeles: “Gloria in excelsis Deo” (Gloria a Dios em las alturas!)
El Niño está en pesebre, esperándonos  en el pesebre, esperando nuestra gratitud, nuestro homenaje.  Homenaje que no debe ser simplemente  ofrecer oro, incienso y mirra, sino una ofrenda de vida, de vocación y misión.
La ofrenda del si diario a Dios. Esta ofrenda que se une en la pobreza del Niño Dios con su pobreza. ¿Y usted, cuál será su homenaje al Señor?
Es Navidad, y un Pueblo que andaba en tinieblas, ahora puede “contemplar la salvación que el Señor preparó ante la faz de las naciones, una luz que brillará para los gentiles,  para a gloria de Israel su Pueblo” (Lc 2, 30-32). Es Navidad, la esperanza nos libra de todo miedo, de toda incerteza. La esperanza nos hace adentrar en la voluntad del Padre como el Niño Jesús en esta noche.
Y así deseamos vivamente a todos esta luz de esperanza que proviene del Santísimo  Sacramento en nuestros altares, en nuestras capillas.
Es Navidad y uno Niño nos fue dado, el Santísimo Sacramento.
¡Una Santa y Feliz Navidad!
Equipo de Animación Vocacional
Colaboración: Hno Vaticano

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