Felicitando los hermanos que El dia 12 de deciembre hicieron su profesión perpétua de los votos de castidad, pobreza, obediencia, queremos dedicar a cada uno de ellos las palabras de Juan Pablo II a las personas consagradas:
“ Pero es sobre todo a vosotros, mujeres e hombres consagrados, que al final de esta exortación, dirijo mi apelo confiante: vivid plenamente vuestra dedicación a Dios para no dejar faltar a este mundo un rayo de la belleza divina que ilumine el camino de la existencia humana. Los cristianos, inmersos en las tareas y preocupaciones de este mundo, pero llamados también ellos a la santidad, necesitan encontrar en vosotros corazones puros que, en la fé, ven a Dios, personas dóciles a acción del Espíritu Santo qua andan diligentes en la fidelidad al carisma de su vocación y misión.
Como bien sabeis, abrazasteis un camino de conversión contínua, de dedicación exclusiva al amor de Dios y de los hermanos para testificar de manera cada vez más esplendorosa, la gracia que transfigura la existencia cristiana. El mundo y la Iglesia buscan auténticos testigos de Cristo. Y la vida consagrada es un don ofrecido por Dios para que sea colocada a la vista de todos la única cosa necesaria (Cfr. Lc. 10, 42).
Vosotros sabeis en quien pusisteis vuestra confianza (Cfr. 2Tm 1, 2); dale tudo! Los jóvenes no se dejan enganar cuando vienen a vosotros, quieren ver aquello que no vem em ninguma otra parte. Teneis uma responsabilidad inmensa com respecto al mañana: especialmente los jóvenes consagrados, testemoniando su consagración, pueden inducir a los de su edad a la renovación de la própria vida. El amor apasionado por Jesucristo es uma atracción poderosa sobre los otros jóvenes, que El em su bondad, llama a seguirlo de cerca y para siempre.”
Papa Juan Pablo II. Exortación Apostólica pos-sinodal “Vita consecrata”, n° 109.
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